Carta a los frailes, monjas, hermanas y hermanos de congregaciones de vida apostólica, miembros de la Tercera Orden del Carmen, laicos carmelitas en general y todos los que celebran la fiesta de nuestra Señora del Monte Carmelo con especial devoción.
María conservaba todas estas cosas meditándolas en su corazón (Lc 2, 52).
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